jueves, 25 de febrero de 2010

Caballeros templarios. Angela



La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo comúnmente conocida como los Caballeros Templarios o la Orden del Temple fue una de las más famosas órdenes militares cristianas. Esta organización se mantuvo activa durante poco menos de dos siglos. Fue fundada en 1118 o 1119 por nueve caballeros franceses liderados por Hugo de Payens tras la Primera Cruzada. Su propósito original era proteger las vidas de los cristianos que peregrinaron a Jerusalén tras su conquista. Fueron reconocidos por el Patriarca Latino de Jerusalén, Gormond de Picquigny, el cual les dio como regla la de los canónigos agustinos del Santo Sepulcro.
Aprobada de manera oficial por la
Iglesia Católica en 1129, la Orden del Templo creció rápidamente en tamaño y poder. Los Caballeros Templarios empleaban como distintivo un manto blanco con una cruz roja dibujada. Los miembros de la Orden del Templo se encontraban entre las unidades militares mejor entrenadas que participaron en las Cruzadas. Los miembros no combatientes de la orden gestionaron una compleja estructura económica a lo largo del mundo cristiano, creando nuevas técnicas financieras que constituyen una forma primitiva del moderno banco, y edificando una serie de fortificaciones por todo el Mediterráneo y Tierra Santa.
El éxito de los templarios se encuentra estrechamente vinculado a las Cruzadas; la pérdida de Tierra Santa derivó en la desaparición de los apoyos de la Orden. Además, los rumores generados en torno a la secreta ceremonia de iniciación de los templarios creó una gran desconfianza. Felipe IV de Francia
, considerablemente endeudado con la Orden, comenzó a presionar al Papa Clemente V con el objeto de que éste tomara medidas contra sus integrantes. En 1307, un gran número de templarios fueron arrestados, inducidos a confesar bajo tortura y posteriormente quemados en la hoguera.En 1312, Clemente V cedió a las presiones de Felipe y disolvió la Orden. La brusca desaparición de su estructura social dio lugar a numerosas especulaciones y leyendas, que han mantenido vivo el nombre de los Caballeros Templarios hasta nuestros días.

Castillo de Murviedro o de Sagunto. Angela


Con antecedentes de la Edad de Bronce, SAGUNT (60.500 hbts.) floreció de forma excepcional durante el periodo ibérico hasta convertirse en el poblado más importante de toda la Edetania. Su romanización fue muy intensa. La primitiva denominación de la ciudad fue 'Arse', desconociéndose en qué momento pasó a llamarse 'Saguntum'. Adquirió categoría histórica con la heroica resistencia sostenida ante las tropas casrtaginesas de Anibal en el año 219 aC, quien finalmente conquistó una ciudad repleta de cadáveres y ruinas. La toma de Saguntum motivó la declaración de guerra de Roma a Cartago, iniciándose así la Segunda Guerra Púnica. En tan sólo dos años fue recuperada por los hermanos Escipión, evolucionando a partir de ese momento como ciudad romana, época de la que nos quedan numerosos restos arquitectónicos que testimonian su importancia. Fue escenario de la batalla entre Quinto Sertorio y Pompeyo, en el periodo de las guerras civiles romanas en el 76 aC. Poco a poco fue perdiendo su prestigio en favor de València. Saqueada y destruida a mitad del s.III por los francos, pronto fue ciudad cristiana, aunque se sabe poco de la repercusión en ella de las invasiones bárbaras y bizantinas. En tiempos visigodos acuñó moneda y alcanzó cierto esplendor bajo Sisebuto y Gundemaro. Tras la invasión musulmana -y con el nuevo nombre de 'Murbaitar' o 'Murbiter'- se alcanzaron nuevos momentos de esplendor cultural y bienestar material, destacando por su posición de plaza fuerte, defensora del paso de Cataluña y Aragón hacia Valencia. El Cid la conquistó temporalmente en 1098, pero tras su muerte sus tropas debieron abandonarla en 1102. Sería conquistada definitivamente por Jaime I en 1238, quien la declaró villa real. Durante la Guerra de los Dos Pedros fue tomada por el castellano en 1363, volviendo al de Valencia en 1305. En 1492 el Grau de Sagunt sirvió de embarcadero a los judíos deportados por los Reyes Católicos. Jugó un papel destacado en las Germanías, y en sus campos se dio en 1521 la Batalla de Morvedre, en la que fueron derrotados los agermanados dirigidos por Estellés. Durante la Guerra de Sucesión fue saqueada por ambos bandos, y tomó partido por el pretendiente francés, quien premió al municipio con el título de 'Muy Leal' y poder añadir una flor de lis a su escudo, pasando la población a denominarse 'Murviedro' como consecuencia del Decreto de Nueva Planta. La ciudad fue saqueada durante la Guerra de la Independencia por el general francés Suchet, a pesar de la heroica resistencia. Fue también patria del guerrillero Romeu, ajusticiado en 1812. Murviedro pasó a llamarse Sagunto en 1869, siendo escenario de la proclamación de Alfonso XII como rey de España en 1874, con el fin de la I República. Al mismo tiempo le fue concedido el título de ciudad.
La Fortaleza o CASTILLO DE SAGUNTO, de enormes proporciones, ocupa casi 1 Km. de longitud extendida por el Cerro del Castillo, última estribación de la Sierra Calderona, que domina la población. Junto con el Teatro Romano y las Murallas, está adscrito al Patronato Nacional de Museos. Fue declarado Monumento Nacional en 1931. Debido a que este castillo ha sido utilizado como recinto militar de forma prácticamente ininterrumpida desde sus orígenes hasta bien entrado el s. XX, ha sufrido grandes modificaciones, ampliaciones y reformas continuadas, constituyendo un ejemplo único en la historia de las fortificaciones. Se conservan la mayor parte de sus muros y de los ramales que descienden para proteger la ciudad. Pueden observarse vestigios de las distintas ocupaciones: romana, visigótica, árabe, cristiana y algunas fortificaciones modernas. El perímetro de la actual fortaleza coincide prácticamente con la construcción islámica. El Castillo consta de siete plazas o sectores independientes: - Plaza de Armas o de Santa María Magdalena, de especial interés, núcleo principal del castillo en la que se conservan los restos más importantes de las antiguas construcciones y que albergaba las dependencias del alcaide o gobernador militar. Destaca también la enorme cisterna, formada por dos naves subterráneas, que recogía el agua de lluvia necesaria para el suministro de una importante guarnición. - Plaza de Almenara, denominada 'Saluquia' por los árabes. Es la más oriental y fue el primitivo albacar islámico. - Plaza de la Conejera, que formó parte también del albacar de los árabes. - Plaza de San Fernando. - Plaza de Estudiantes. - Plaza de la Ciudadela, el recinto más elevado del castillo. Antiguamente se denominada 'de Hércules' por la torre del mismo nombre que allí existía hasta la toma del castillo por los franceses. - Plaza de Dos de Mayo. Mira a poniente y fue escenario de la heróica defensa contra las tropas del general Suchet durante la Guerra de la Independencia.

"El Cid" de Marcelino de Santa María. Angela


jueves, 11 de febrero de 2010

ESCUDO DE CESTERO